ROMERIA DE BUSTILLO 7 DE OCTUBRE DE 1956.
GRUPO DE MOZOS Y MOZAS ANTES DE LA PROCESIÓN
De pié de izda a dcha.
Florencio Díez, Pepe Cuesta, José Mª Sainz, Arsenio Saiz ( El Mudo), Geremias Gutierrez, José Gutierrez, Fernando Postigo, Fidel Díez, Isaias Fernandez, Emerita Fernandez ¿..............?, Dolores Allende, Paquita Perez, Dominga Saiz (Domi).
Agachados
Vicente Santiago, Emidiuco Gil, Esther Gutierrez, Julia Iglesias, José Luis Gutierrez, Cándida Gutierrez, Sagrario Santiago, Aurelio Gutierrez, Elisa Santiago, Victor Gutierrez, Aurelia Allende y Gregorio Gutierrez (Goyo)
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Aunque en los últimos años la romería de Bustillo se ha trasladado al día de 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, día en que es cuando realmente se celebra hoy la fiesta, ya que es cuando la inmensa mayoria de los bustillanos o hijos de estos, que en su dia emigraron alla por las decadas de los años 50 o 60, regresan para celebrar las fiestas, dado que al ser festivo, hay años que pueden coincidir mas de un dia de fiesta con romería, verbena, dianas etc, dianas que en otro momento contare, hubo en su día una fiesta muy esperada por todos, fiesta que se celebraba los día 7 y 8 de octubre, es decir la fiesta del Rosario.
Según contaba en su día a mi madre, al igual que mi hermana ratifica, hasta la década de los años 20 del siglo pasado, eran los piteros los que se encargaban de amenizar la romería, siendo a partir de aquellos años cuando la acordeón se impuso, en esa discusión de cual era y cual gustaba mas, se enzarzaban a veces mi madre y mi tía Inés, mi madre era partidaria de la acordeón mientras mi tía defendía a los piteros, al parecer y según contaba los últimos piteros que hicieron la Romería procedían de Salcedo o de Población de Abajo y de algún pueblo del entorno de Arija, no se cual exactamente, aunque bien podria ser el propio Arija.
Los días anteriores a la Romería, eran días de nervios y prisas, de una parte, el Mozo Viejo que de entre los mozos del pueblo era la máxima autoridad y que salvo excepciones era el mozo de mas edad, sus funciones consistían en organizar a estos en las distintas labores que en ocasiones se tomaban como suyas, que entre otras eran: Ayudar en las labores del campo, la sembradera, la segadera, la hierba o la trilla, a las personas necesitadas, viudas, casas con el cabeza de familia enfermo, pobres, personas mayores etc. contratar música y mediar y organizar a los mas jóvenes en los casos de disputas entre ellos o con los mozos de otros pueblos, cuestión esta bastante habitual, sobre todo en las romerías de otros pueblos o en los desafíos o concursos que se hacían en las boleras.
Pues bien,el Mozo Viejo, ya había enviado a dos mozos a buscar y contratar a los músicos, estos ya contaban con un presupuesto máximo aproximado, presupuesto que los mozos asumían y repartían su coste entre todos ellos, descontando el dinero que de las marzas u otros asuntos tuvieran en caja de remanente, cosa que no era muy habitual.
El día 6 de octubre, víspera de la Romería, los músicos ya debían estar en Bustillo, para traer todos los bártulos, un par de mozos con un caballo o con un burro, se desplazaban muy de mañana al domicilio de los músicos para recoger en sus casas los útiles necesarios de los músicos previamente contratados
Habitualmente y después del rezo del rosario, que en alguna época fue casi obligatorio, los músicos tocaban un par de piezas en la entrada de la Iglesia, posteriormente y con los hombres, solo los hombres, pues estaba muy mal visto y no era costumbre que las mujeres entraran a ella, salvo asuntos de máxima importancia, como decía, los musicos bajaban a la cantina y una vez en ella, entre jarrilla y jarrilla de vino y alguna que otra arenque salada para ayudar a beber aquel vino de Rioja que casi se masticaba ayuda que no era en ningun caso necesario y que el Tío Isidoro dueño de la cantina traía desde Santa Gadea. Así transcurría la noche hasta la hora de cenar, hora en que los músicos iban a cenar y dormir a la casa de alguno de los mozos, de la misma manera hacían en los días siguientes con la comida y la cena, ya que esta atención a los músicos se hacia casa casarita, es decir, siguiendo el orden establecido desde siempre entre los vecinos para las labores comunes del pueblo, caminos, vecerías, etc.
Habitualmente y después del rezo del rosario, que en alguna época fue casi obligatorio, los músicos tocaban un par de piezas en la entrada de la Iglesia, posteriormente y con los hombres, solo los hombres, pues estaba muy mal visto y no era costumbre que las mujeres entraran a ella, salvo asuntos de máxima importancia, como decía, los musicos bajaban a la cantina y una vez en ella, entre jarrilla y jarrilla de vino y alguna que otra arenque salada para ayudar a beber aquel vino de Rioja que casi se masticaba ayuda que no era en ningun caso necesario y que el Tío Isidoro dueño de la cantina traía desde Santa Gadea. Así transcurría la noche hasta la hora de cenar, hora en que los músicos iban a cenar y dormir a la casa de alguno de los mozos, de la misma manera hacían en los días siguientes con la comida y la cena, ya que esta atención a los músicos se hacia casa casarita, es decir, siguiendo el orden establecido desde siempre entre los vecinos para las labores comunes del pueblo, caminos, vecerías, etc.
Cada casa se procuraba preparar y adecentar lo mas posible, a la vez que se preparaba una buena y especial comida para esos días, pues había que recibir a invitados, amigos , familiares y algún que otro invitada de ultima hora que no tenia donde ir, era tradición en todos los pueblos de la comarca, invitar a los familiares de los pueblos del entorno, así como invitar a aquellos mozos que no tenían familiares pero que eran conocidos por los mozos del pueblo en cuestión, aunque en honor a la verdad, todos los pueblos no eran igual de acogedores, por citar algún ejemplo no excluyente, Bustillo y los Riconchos, tenían fama de gentes acogedoras y generosas con los forasteros.
Era casi obligado que una oveja, cordero o cabra, fuese sacrificada para la romeria, esos dias eran de las pocas veces que en aquellos años se pudiera comer carne.
Era casi obligado que una oveja, cordero o cabra, fuese sacrificada para la romeria, esos dias eran de las pocas veces que en aquellos años se pudiera comer carne.
De ota parte y fundamentalmente las mujeres en cada casa, se afanaban en las labores de adecentar la casa entre otras faenas; una tarea fundamental en fecha tan señalada, era pintar las casas para recibir a los invitados, lo que es lo mismo que decir blaquearlas, pues siempre se pintaba toda la casa de blanco, el color no existía, fundamentalmente se pintaba la cocina y el comedor, allá donde le había. Dado que el dinero escaseaba, mejor dicho, no existía en el noventa por ciento de las casas, se utilizaba un tipo de tierra arcillosa blanca que bien disuelto en agua, una vez dado en las paredes ya amarillentas por el paso del tiempo y ayudado por el humo que invadía toda la casa fundamentalmente la cocina y después de dos o tres manos, las paredes lucían radiantes, ya estaba todo preparado para la fiesta.
Esta tierra arcillosa, en Bustillo la llamamos Salvegue, esta arcilla, la recogíamos fundamentalmente los chavales de cada casa entre las lajas de piedra en dos sitios cercanos entre sí, a poco mas de cien metros del pueblo, el lugar mas habitual con mas cantidad e incluso mejor calidad, estaba en lo que llamamos el Camino Nuevo, subiendo de Bustillo y en la parte izquierda del camino cincuenta metros después del pilón, en el espacio que queda cuando el camino hace un giro ciento ochenta grados, debajo del actual deposito de agua.
El segundo lugar, esta situado en la parte izquierda del camino del Espino, exactamente frente al Campo Santo, como a unos 50m de este, aproximadamente a media pendiente.
Esta "pintura", tenia el inconveniente no menor de manchar la ropa de quien se arrimara a la pared, además una vez pasados unos pocos meses, el color amarillo de nuevo volvía a aparecer, por ser el color en estado natural de la arcilla ayudado por el humo de la propia casa.
Los chavales y chavalas, generalmente estrenábamos algo de ropa o calzado sobre todo alpargatas o playeras nuevas, la impaciencia por estrenar era máxima, pero claro, ahí estaban las madres para poner orden y frenar el ímpetu "estrenador" de los pequeños, recuerdo a mi padre que en una ocasión, mejor dicho, mas de una, me trajo de Reinosa unos pantalones de franela azules, cuando me los probé, vi que me estaban grandes, muy grandes, mi madre se encargo de hacer un apaño para poder estrenar mis flamantes pantalones en día tan importante, al decirle mi madre, como había comprado aquella talla y no la mía, mi padre la dijo: "Para cuando crezca"; Al igual que mi caso, el resto de niños en algún momento de aquella época, seguro que vivieron algún caso similar, es que la pobreza y la necesidad obligaban a estirar al máximo todos los bienes.
Las mozas, se afanaban en ayudar en las labores de casa ayudando a sus madres para terminar las labores cuanto antes para así poderse dedicarse tiempo a ellas mismas.
También ellas generalmente estrenaban ropa, había que estar guapas y tenían que impresionar a los mozos, bien fueran del pueblo o de los pueblos cercanos, además de gustarse ellas mismas, unas compraban en Reinosa el vestido ya hecho y otras lo hacían en alguna modista con la tela previamente escogida, pero hecho a la medida y al gusto de la moza.
Lo mas trabajado era el pelo, unas se peinaban, bien con la ayuda de la madre o alguna amiga, otras que eran mas habilidosas se peinaban así mismas, mientras la mayoría, bien se peinaba en Reinosa unos días antes de la romería, con lo que el peinado perdía frescura, en tanto que las menos se acercaban a Lastrilla, por supuesto andando o con alguna caballería generalmente con un burro a la peluquera que allí había y que gozaba de gran fama en la zona.
Al anochecer y después de atender el ganado, uno o dos mozos del pueblo se encargaban de "tocar a mañana", toque de campana consistente en tornear las campanas de forma rítmica, es decir sonando cada vez una de las campanas, esto se conseguía mediante el volteo de ambas campanas por un solo mozo.
EL GRAN DÍA
Amanece en Bustillo, suenan tres campanadas, es la señal para que cada vecino lleve al ganado vacuno hacia la fuente de la Churla, ya que los tres toques de la campana pequeña, significaba que ese día el ganado pastaría por la sierra, pues dependiendo del numero de toques, el lugar y la dirección que se tomaba era una u otra.
Como antes decía, tres toques, significaba camino de sierra; Con cuatro campanadas, el ganado iba al monte a pastar, generalmente era en los meses estivales, dado que el calor era menos intenso a la vez que la hierba era mas abundante y fresca, con los cinco toques, el ganado se dirigía carretera abajo camino del matorral y por ultimo, con las seis campanadas el ganado vacuno se echaba por el barrio de los castillos con dirección a Fuente Martín.
Seguidamente era el pastor el que con su cuerno, "cucaba" llamando a llevar las ovejas y cabras a la majada, lugar desde donde el pastor se hace cargo del rebaño, era habitual que a media tarde el ganado estuviera ya en el pueblo de vuelta, para así disfrutar con mas tranquilidad del baile, lógicamente, las labores esenciales de cuidados al ganado era en habitual, limpieza de cuadras, ordeñe, etc.
Como antes decía, tres toques, significaba camino de sierra; Con cuatro campanadas, el ganado iba al monte a pastar, generalmente era en los meses estivales, dado que el calor era menos intenso a la vez que la hierba era mas abundante y fresca, con los cinco toques, el ganado se dirigía carretera abajo camino del matorral y por ultimo, con las seis campanadas el ganado vacuno se echaba por el barrio de los castillos con dirección a Fuente Martín.
Seguidamente era el pastor el que con su cuerno, "cucaba" llamando a llevar las ovejas y cabras a la majada, lugar desde donde el pastor se hace cargo del rebaño, era habitual que a media tarde el ganado estuviera ya en el pueblo de vuelta, para así disfrutar con mas tranquilidad del baile, lógicamente, las labores esenciales de cuidados al ganado era en habitual, limpieza de cuadras, ordeñe, etc.
Sobre las 10,30 u 11h, de nuevo son las campanas que voltean alegres haciendo llamamiento a las gentes del pueblo para la celebración de la Santa Misa, para esa hora el pueblo era un hervidero de personas que bien en el entorno de la cantina primero y de la iglesia después, esperaban a Las Dianas.
En cada casa los invitados venidos de los otros pueblos ya habían hecho acto de presencia, con el fin de saludar a la vez que certificar su presencia, los músicos afinaban entre tanto sus instrumentos musicales, mejor dicho su instrumento, dado que la acordeon era la única de la cual salia alguna nota, salvo un año que fue un saxo quien amenizo la romería, los pobres de la comarca también formaban parte del paisaje, así como el caramelero, el carabinero, el barquillero, etc.
Saliendo de la iglesia. En la foto, Juan Antonio Díez, Javier Sakona y José Emilio Cupeiro
En cada casa los invitados venidos de los otros pueblos ya habían hecho acto de presencia, con el fin de saludar a la vez que certificar su presencia, los músicos afinaban entre tanto sus instrumentos musicales, mejor dicho su instrumento, dado que la acordeon era la única de la cual salia alguna nota, salvo un año que fue un saxo quien amenizo la romería, los pobres de la comarca también formaban parte del paisaje, así como el caramelero, el carabinero, el barquillero, etc.
Saliendo de la iglesia. En la foto, Juan Antonio Díez, Javier Sakona y José Emilio Cupeiro
Año de 1979. En primer plano de izda a dcha. Victor Gutierrez, Antonio Bustamante, Ignacio Merino, Victorino Gonzalez, la niña Maria Gonzalez, Fernando Allende, Virgilio Gutierrez y Adolfo Barrio
Entrando en la iglesia. De izda a dcha, Jose Emilio Cupeiro, Isaac Gonzalez, Herminio Sainz, J.Mari Saiz, Javier Sakona y Domingo Fernandez
LAS DIANAS
Una vez finalizada la procesión, los músicos guiados por el mozo viejo, se dirigían a la casa del alcalde, a modo de reconocimiento publico de la autoridad que ostentaba, dentro del corral de la casa, la dueña de ella invitaba en primer lugar a los músicos y una vez que estos estaban servidos y habían tomado la invitación, a una indicación del mozo viejo, los músicos hacían sonar la acordeón para a continuación, el resto de la comitiva, es decir casi todo el pueblo tomaba una copita de mistela con galletas, a la vez que otros bailaban al son de la música, este rito se repetía en la casa del cura, del cartero y del herrero del pueblo, que en el caso de Bustillo aunque había dos, uno de ellos tenia su propia fragua, en tanto que el otro, la tenia en alquiler, dado que periódicamente se sacaba a subasta su expoliación.
Esta manera de fiesta que eran las Dianas, a primeros de los años 70 pasaron momentos muy difíciles, hasta el punto de casi desaparecer, fuimos la gente joven de aquel momento los que impulsamos de nuevo esta fiesta tan nuestra,ampliando el recorrido a todas las casas del pueblo, que paso poco a poco, de poner la mesa tradicional de mistela con galletas, poner distintos tipos de alimentos y bebidas, vinos variados, tortilla, huevos rellenos, embutidos, dulces, etc.
Entrando en la iglesia. De izda a dcha, Jose Emilio Cupeiro, Isaac Gonzalez, Herminio Sainz, J.Mari Saiz, Javier Sakona y Domingo Fernandez
LAS DIANAS
Una vez finalizada la procesión, los músicos guiados por el mozo viejo, se dirigían a la casa del alcalde, a modo de reconocimiento publico de la autoridad que ostentaba, dentro del corral de la casa, la dueña de ella invitaba en primer lugar a los músicos y una vez que estos estaban servidos y habían tomado la invitación, a una indicación del mozo viejo, los músicos hacían sonar la acordeón para a continuación, el resto de la comitiva, es decir casi todo el pueblo tomaba una copita de mistela con galletas, a la vez que otros bailaban al son de la música, este rito se repetía en la casa del cura, del cartero y del herrero del pueblo, que en el caso de Bustillo aunque había dos, uno de ellos tenia su propia fragua, en tanto que el otro, la tenia en alquiler, dado que periódicamente se sacaba a subasta su expoliación.
Esta manera de fiesta que eran las Dianas, a primeros de los años 70 pasaron momentos muy difíciles, hasta el punto de casi desaparecer, fuimos la gente joven de aquel momento los que impulsamos de nuevo esta fiesta tan nuestra,ampliando el recorrido a todas las casas del pueblo, que paso poco a poco, de poner la mesa tradicional de mistela con galletas, poner distintos tipos de alimentos y bebidas, vinos variados, tortilla, huevos rellenos, embutidos, dulces, etc.